Por Laura Bonelli
Las Contradas de Siena guardan celosamente, dentro de sus propias sedes museísticas, las muestras de la Victoria.
El deseado premio que toma el nombre de drappellone (estandarte que se entrega a la Contrada ganadora) palio o popularmente trapo, está hoy ratificado en dos artículos del reglamento del Palio.
Lamentablemente, gran parte de lo que se producía artesanalmente cuando las contradas aún no se habían organizado de forma sistemática con sus oradores y sedes museísticas, se perdió.
A pesar de las modificaciones iconográficas que se han sucedido a lo largo de los siglos, a partir del siglo XVII el elemento constante en los drappelloni de Siena es el motivo religioso mariano.
Solamente en raras ocasiones, para los palios o los acontecimientos extraordinarios, aparecen las efigies de los santos protectores.
Lo que se muestra a continuación quiere ser una suma de las aportaciones conocidas hasta ahora.